No Tengas Miedo – Noviembre 17, 2024

Pastor Renato Vasquez

Hechos 18:1-11 (NVI) 

1 Después de esto, Pablo se marchó de Atenas y se fue a Corinto. 2 Allí se encontró con un judío llamado Aquila, natural del Ponto, y con su esposa Priscila. Hacía poco habían llegado de Italia, porque Claudio había mandado que todos los judíos fueran expulsados de Roma. Pablo fue a verlos 3 y, como hacía tiendas de campaña al igual que ellos, se quedó para que trabajaran juntos. 4 Todos los sábados discutía en la sinagoga, tratando de persuadir a judíos y a no judíos.  5 Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedicó exclusivamente a la predicación, testificándoles a los judíos que Jesús era el Cristo. 6 Pero cuando los judíos se opusieron a Pablo y lo insultaron, este se sacudió la ropa en señal de protesta y dijo: «¡Caiga la sangre de ustedes sobre su propia cabeza! Estoy libre de responsabilidad. De ahora en adelante me dirigiré a los no judíos».  7 Entonces Pablo salió de la sinagoga y se fue a la casa de un tal Ticio Justo, que adoraba a Dios y que vivía al lado de la sinagoga. 8 Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su familia. También creyeron y fueron bautizados muchos de los corintios que oyeron a Pablo.  9 Una noche el Señor dijo a Pablo en una visión: «No tengas miedo; sigue hablando y no te calles, 10 pues estoy contigo. Aunque te ataquen, no voy a dejar que nadie te haga daño, porque tengo mucha gente en esta ciudad». 11 Así que Pablo se quedó allí un año y medio, enseñando entre el pueblo la palabra de Dios. 

1. Tener miedo es ser HUMANO

2 Corintios 11:28 (NTV) 

28 Además de todo eso, a diario llevo la carga de mi preocupación por todas las iglesias.

2 Corintios 2:12-13 (NTV) 

12 Cuando llegué a la ciudad de Troas para predicar la Buena Noticia de Cristo, el Señor me abrió una puerta de oportunidad; 13 pero no sentía paz, porque mi querido hermano Tito todavía no había llegado con un informe de ustedes. Así que me despedí y seguí hacia Macedonia para buscarlo. 

1 Corintios 2:3-5 (NTV) 

3 Me acerqué a ustedes en debilidad: con timidez y temblor. 4 Y mi mensaje y mi predicación fueron muy sencillos. En lugar de usar discursos ingeniosos y persuasivos, confié solamente en el poder del Espíritu Santo. 5 Lo hice así para que ustedes no confiaran en la sabiduría humana sino en el poder de Dios. 

2. Recordar que servimos a un Dios que nos CONSUELA

2 Corintios 7:6-7 (NVI) 

6 Pero Dios, que consuela a los abatidos, nos consoló con la llegada de Tito 7 y no solo con su llegada, sino también con el consuelo que él había recibido de ustedes. Él nos habló del anhelo, de la profunda tristeza y de la honda preocupación que ustedes tienen por mí, lo cual me llenó de alegría.  

  • Dios también consuela a los que tienen miedo de mirar hacia arriba y ser vistos; consuela a aquellos cuya ansiedad les ha causado una vergüenza innecesaria. 

3. El acceso al consuelo de Dios se activa a través de nuestra vida de ORACIÓN

Filipenses 4:6-7 (NVI) 

6 No se preocupen por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. 

  • Proseuchomai (acercarse a Dios cara a cara)  
  • Deesis (súplica)   
  • Eucharistia (acción de gracias)  
  • Aiteo (petición)  

Salmos 3:3 (RVR1960) 

3 Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza. 

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